¿Cómo actuar ante una emergencia médica?
Ante una emergencia médica es importante contar con ayuda especializada, cuando los pacientes reciben una atención médica inmediata tienen una mayor posibilidad de sobrevivir a casos de riesgos mortales pero ¿Cómo identificar cuándo es momento de llamar a una ambulancia?
La mejor actitud que podemos tener al identificar una emergencia médica es contactar algún sistema de atención que nos provea atención prehospitalaria y lleven al paciente a un centro de salud cercano donde puedan recuperar su salud.
Para saber cuando es necesario realizar esta llamada de ayuda es importante que sepamos evaluar el nivel de emergencia, a continuación compartimos una lista de síntomas y/o situaciones que pueden ser o resultar en una emergencia.
Llama a una ambulancia si tu o alguien de tu familia vive esto:
Dificultad respiratoria o asfixia.
Confusión, mareo, falla de la visión, comportamiento inusual, dificultad para despertarse o alguna incongruencia mental.
Dolor en el abdomen, pecho o tórax.
Sangrado abundante que no para.
Tos o vómito con sangre.
Desmayo.
Lesión o traumatismo en la cabeza o columna.
Intoxicación por alergia o ingesta de sustancias.
Quemaduras, inhalación de humo.
¿Qué hacer después de contactar a la ambulancia?
La emergencia médica puede ser una situación de angustia, donde las personas alrededor del paciente se desesperan y desean hacer más por salvar su vida, aunque es entendible la situación lo mejor que se puede hacer es mantener la calma.
Una vez que identificas que la persona a tu lado esta padeciendo una situación grave que pone en riesgo su vida es momento de actuar. Después de llamar a emergencias debes esperar los minutos mínimos en los que llega la ayuda, durante ese tiempo puedes:
Mantener la calma:
El paso más importante es respirar profundo y actuar con calma, evitar movimientos bruscos o cualquier acción inapropiada, si la persona no tiene conocimientos técnicos en primeros auxilios lo mejor es evitar complicar la situación de salud del paciente.
Una vez el acompañante esté en calma puede evaluar la situación y realizar pequeños ajustes que mejoren la condición del paciente y faciliten la operación de los paramédicos en el momento que lleguen.
Mejora la posición del paciente:
No se recomienda que se movilice demasiado al paciente sobre todo cuando hay una lesión ósea o cerebral. Sin embargo, si el caso lo amerita por ejemplo por un mareo o desmayo se puede ubicar al paciente en posición de descanso.
La posición de descanso ideal para esperar a la atención prehospitalaria es acostado en el piso con la cabeza ligeramente levantada, la idea es no poner presión sobre la columna ni las piernas y ubicar al paciente en un lugar seguro que evita otra caída o golpe.
Aligera sus extremidades:
Hay que permitir que la sangre fluya con comodidad incluso si el cuerpo se hincha, lo que debes hacer es aflojar el cuello de la camisa, corbata, cinturón y mangas. Quitar todo aquello que pueda impedir la circulación de la sangre por su cuerpo.
Aplicar RCP (Reanimación Cardiopulmonar):
La técnica de respiración asistida es válida en casos en los que el paciente tiene dificultad respiratoria o esta asfixiado. Es importante que se realice por una persona que tiene conocimientos al respecto para que pueda ayudar a la persona mientras llega la ayuda.
No dar medicamentos:
Sabemos que la angustia y el deseo de ayudar puede empujar a las personas alrededor de un paciente grave a pensar cualquier solución, aún así, suministrar un medicamento sin conocer la verdadera razón de la condición del paciente puede afectar en vez de ayudar.
Mantener la calma es la clave para ayudar a ese ser querido que padece la emergencia médica.
Despeja el área:
Mientras esperas la ayuda puede apartar los muebles, mesas y/o objetos del camino de los paramédicos hasta el lugar donde esta el paciente con el fin de agilizar su llegada y atención, es probable que requieran usar una camilla para extraer al paciente del lugar, mientras más rápido lo hagan más rápido llegará a la unidad de ambulancia para recibir atención profesional.
Mantén la mente de ambos positiva
Si tu estás angustiado el paciente también lo esta, no es fácil sentirte mal y no saber exactamente qué te sucede, el miedo te invade, el apoyo real está en ayudar al paciente a estar tranquilo y positivo, algunas fases como “estarás bien” “Ya viene la ayuda en camino” puede mejorar su nivel de ansiedad y ayudar con su estabilidad emocional.
Conversar mientras llega la ayuda, pedir reportes de su situación si está consciente y puedes hacerlo, ofrecerle una mano es el trabajo más honorable de la compañía durante estos instantes de crisis.